Wednesday, December 27, 2006

El Origen Del "Flaite"


El orígen del "flaite"
”El primer “flaite” nació en la colonia, con los hijos entre españoles e indígenas. Es cuando emerge por primera vez el concepto de hijo ilegítimo “, asegura Sonia Montecino, antropóloga y profesora de la Universidad de Chile. Montecino es la autora de “Madres y huachos”, un ensayo clave para entender la historia del mestizaje en Chile. “Este proceso generó profundas diferencias sociales. Empezaron a salir sujetos raros con un porcentaje de indio, otro de español, otro de negro, etc. Así se fue conformando una clase desmedrada por su condición étnico-económica, sin poderes ni privilegios”. Eso explicaría que por extensión, muchos asocien la ecuación flaite-delincuencia-pobreza. “El huacho creció sin padre ni derecho a herencia. Se formó soportando la vergüenza de su origen. Así fue cayendo en los vicios y las borracheras… (el flaite actual) es el ente que condensa todos nuestros miedos”. Para Sonia, esto representa el origen de la exclusión social en Chile. Una que, a pesar de los diversos modelos de desarrollo y la mejora en los índices de vida, se ha mantenido casi inalterable por más de tres siglos. Muchos años antes de la campaña de Radio Carolina, “pitearse flaites” era un deporte. “A comienzos del siglo XX, los policías alentaban a la gente a salir a ‘palomear rotos’. Esto era salir a balear a los pelusas que andaban borrachos y causaban desórdenes en las calles”, afirma el historiador y profesor de la U. de Chile y del Arcis, Gabriel Salazar, uno de los principales investigadores de la historia no contada del “bajo pueblo”. En su obra “Labradores, peones y proletarios” (1985), Salazar realizó uno de los estudios más acabados acerca de las capas olvidadas de la sociedad chilena. “El primer roto fue el peón de campo. El que robaba en las haciendas y era temido por la elite. En el siglo XX, se volvió urbano y se ancló en los barrios populares”. Para Salazar, la gran diferencia entre el “flaite” y el roto tradicional es que el primero asumió su estilo como una forma de vida. “Han construido una identidad culturalmente alternativa y la expresan a través de su vestuario y estilo de música. El roto de hoy sigue sin trabajo, pero es desafiante, usa pelo largo, tatuajes y poleras del Che Guevara. Ya no es un ente pasivo, sino que se ha vuelto contestatario”.